martes, 21 de octubre de 2008

Milán | 17-19/10/08

Pues llegó el último viaje de esta etapa. MILÁN.

Ya en el aeropuerto de Girona compramos el billete de autobús que nos llevaría del aeropuerto de Bergamo a Milán. Así todo fue sencillo y nada más llegar al aeropuerto cogimos el autobús y en menos de una hora estabamos en la Estación Central de Milán.
Cogimos un taxi hasta el hotel porque ya era tarde. El hotel muy bien, no muy caro aunque tampoco barato, bien comunicado y situado en Porta Ticinese, la zona más animada, cerca del canal. 

Por la hora que era no nos alejamos y cenamos en EL BRELLÍN ¡Espectacular por su ambiente, comida y por la atención de sus camareros! Donde no podéis dejar de pedir el tiramisú. EL MEJOR TIRAMISÚ QUE HEMOS COMIDO Y COMEREMOS NUNCA (¡ponerlo en mayúsculas es poco!). En realidad es un antiguo lavadero donde las mujeres del Renacimiento venían a lavar al lado del canal diseñado por Leonardo Da Vinci.

El sábado después de un magnífico desayuno en el hotel, comenzamos la ruta (todo andando, no hay problema). Visitamos el centro histórico de Milán, el Duomo, subimos al tejado para ver las vistas de toda la ciudad, el Teatro alla Scala, el Palazzo Marino, el Palazzo Reale... y recorrimos las principales calles de Montenamo, impresionados por los preciosos escaparates y sobre todo por la galería comercial del centro, inaugurada en 1867 por el rey Vitorio Emanuele II, con su impresionante cúpula, su antiquísimo bar Zucca y la libreria de arte Bocca. ¡Mareados estabamos ya de tanta tienda, tanta ropa, tanto diseño y tan caro todo! 
Para comer probamos, por fín, la pasta italiana.
Después de descansar un poco, volvimos al canal y lo paseamos por un lado y por el otro y de arrriba a abajo hasta que el olor de rica pizza nos hizo entrar a cenar y de postre probar un riquísimo crep en una heladería antiquísima italiana, RINOMATA GELATERIA, que se caracteriza porque tiene cientos de cucuruchos en sus vitrinas.

El domingo ell Castillo Sforzesco y su parque Sempione con su plaza, la torre y el arco de la paz. Es el parque más grande de Milán, estaba repleto de familias y mostraba lindísimos colores, las hojas del otoño y el verde del césped eran preciosos. Para volver cogimos la Via Dante y llegamos de nuevo a la Galleria Vittorio Emanuele, donde no me resistí ¡y acabé comprándome unos guantes de piel que ya había visto el día anterior!. 
Antes de irnos queríamos ver con tranquilidad la Estación Central de Milán, pues es muy bella y grande y el día de nuestra llegada era ya oscuro para apreciarla. Así que nos fuimos con antelación para allá y pudimos disfrutar de otro ambiente de Milán y de un mercadillo de antigüedades de donde también trajimos algún recuerdo, concretamente unas gafas de aviador ¡un caprichito del chico!

Y así acaba el pack de mi cumple, el regalo de este año será difícil olvidar (más aún al haberlas descrito aquí) y difícil superar.
Nuestras tres primeras visitas al extranjero OPORTO-VIENA-MILÁN ya quedan atrás... Pero seguro que con cualquier otra excusa pronto llega el próximo viaje :) TE QUIERO, gracias!

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