martes, 30 de septiembre de 2008

Viena | 26-28/09/08

Hemos llegado a Bratislava (República Eslovaca) a las 19:30h y hemos cogido un taxi junto con otra pareja desconocida para llegar a VIENA. Han sido 130 euros pero ha merecido la pena no esperar 3 horas en el aeropuerto al autobús de las 22h. Este detalle podrían solucionarlo los de raynair.
La información que llevábamos era de esta web.
Escogimos el hotel, no sólo por el precio, también por lo bien comunicado, el Hotel Ibis Wien Mariahilf.
Para movernos por la ciudad, el metro no tiene ninguna complicación. 

Hemos ido a cenar al café DRESCHLER, famoso por su diseño y por la cocina vienesa. No hay nadie por la calle y todo está cerrado excepto por esta zona, por eso nos acercamos hasta allí. Lo primero que me ha impresionado es que aquí los cajeros no te cobran ningún tipo de comisión o al menos no me ha dicho nada al sacar el dinero; espero no llevarme ninguna sorpresa al mirar el extracto en España.

Ha sido una gran sorpresa levantarnos esta mañana y ver Viena desde la ventana del hotel pues anoche era demasiado tarde y no se veía nada. Después de una ducha hemos ido a desayunar a la famosa confitería DEMEL, en el corazón de la ciudad. Desde 1786 este establecimiento lleva haciendo pasteles y dulces y deleitando a sus clientes con un trato exquisito. Será por esto que ya la mismísima Sisi Emperatriz quedó encantada y la visitaba frecuentemente.
Con las energías cargadas, hemos paseado por las calles de Viena, visitando su centro histórico, visitando sus monumentos, el ayuntamiento, el parlamento, la ópera, la iglesia y la catedral, donde hemos coincidido con alguna celebración y hemos podido ver bailes típicos. A las 12h nos hemos acercado a ver el reloj ANKER situado en Hoher Markt, la plaza más antigua de Viena; el reloj es de bronce y une dos edificios de oficinas de la plaza y cada vez que da la hora, los personajes que tiene desfilan por él. 
Para comer nos hemos acercado a un bonito restaurante-bodega, el BITZINGER'S AUGUSTINERJELLER, donde hemos podido degustar buen vino junto a un típico estofado vienés. También hemos visitado el HOTEL SACHER, conocido por su tarta, pero recién comidos, así que nos hemos quedado sin probarla! 
Por la tarde vimos el Palacio de Belvedere y el Palacio Imperial de Hofburg y luego nos hemos acercado hasta el mercado Naschmarkt para ver sus puestos y el mercadillo que había allí también.
Ha sido un día intenso y nos hemos dado una gran paliza de andar por todo Viena pero no podíamos irnos de aquí sin visitar su famosa y enorme NORIA, la Wiener Riesenrad. Así que después de un pequeño descanso en el hotel y una ducha, hemos ido al parque de atracciones Wurstelpratel, donde hemos podido comer salchichas en uno de los tantos puestos que hay en esta ciudad y una especie de tortita enorme con sabor a ajo que nos ha dejado el estómago echo polvo ;(

Nos levantamos y es el último día, nos acompaña un sol radiante ideal para visitar a fondo uno de los numerosos parques de la ciudad, el parque Schönbrunn, y otra paliza más de andar y luego por las orillas del Danubio para rematar nuestro viaje.
Para finalizar hemos decidido viajar en tren hasta el aeropuerto de Bratislava y he de decir que con lo poco que he visto de esta ciudad me he quedado con ganas de pasar un par de días. ¡Me gustaría volver! 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Un vocabulario exquisito.
Seguro que mucha gente visita la cuidad, gracias a tu explicación.
Lástima que en el último párrafo has cometido varias faltas.

Desconocía que hubierais visto tantísimas cosas :)

Espero me tengas más informada.

Un besazo a los dos,
atentamente:

Cris